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11:20 | Lima, set. 22.
Ingresar a la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) es una meta que muy pocos jóvenes logran y situarse dentro de los primeros lugares puede parecer un sueño casi imposible. Sin embargo, con esfuerzo y mucha organización, esta meta puede alcanzarse. Conversamos con dos «cerebritos» que conquistaron dicho mérito. ¿Qué sacrificios hicieron? ¿Cuál fue su secreto?
Sara Brener Riquez y Werner Villacorta Gaviño, adolescentes de 17 años, ingresaron en los primeros lugares de las carrera a la que postularon.
Ella quiere ser ingeniera ambiental porque sueña con reducir la huella de carbono en el país, de manera sostenible. Él, ingeniero civil, busca mejorar la carretera e infraestructura de la comunidad donde viven sus abuelos, y también del Perú.
Un compromiso
En diálogo con Andina Canal online, Sara comentó que el camino a su ingreso universitario no fue fácil. La pandemia puso en pausa su capacidad de hacer tareas. Cuando retomó las clases le costó volver a estudiar, tener una metodología para hacerlo.
Así que le dedicó más de 10 horas al estudio, especialmente a las materias que eran su talón de Aquiles: humanidades, física y química. Y el esfuerzo dio sus frutos: Sara no solo ingresó en primer lugar a la carrera, sino que también en el cómputo general del examen de admisión ocupó el quinto puesto.
«Renuncié a las fiestas, a las salidas con amigas, pero me di tiempo para divertirme sanamente. Estoy en primer ciclo, no he conversado todavía con nadie sobre la carrera en sí, pero hasta el momento lo que he visto en el syllabus me gusta. Voy a dar todo, sin relajarme. Se que con organización y esfuerzo todo se puede«, comentó.
El Perú
Por su parte, Werner contó que para él fue normal ver los planos y mapas que su padre usaba en el trabajo, desde niño, y que conocer el pueblo de sus abuelos despertó su interés, desde muy temprano, por construir pistas e infraestructuras para atender la precariedad y abandono que observaba en los caminos, puentes y vías del tren.
Ese sentimiento se afirmó en su corazón como una roca y lo hizo persistir en el sueño de ingresar a la UNI. No lo logró a a la primera. Esa frustración lo llevó a evaluar qué debía reforzar. Al igual que Sara, tuvo que ponerle mayor énfasis a los cursos de física y química, además de letras.
«Esta vez me preparé muy bien en la academia, practicaba los exámenes pasados para saber qué preguntas podían venir. Como estaba estudiando por segunda vez, las horas de estudio ya no me chocaban«, explicó.
Aprendió a disfrutar el proceso, sin presionarse, pero apoyado en la disciplina. Además de estudiar en la academia de 8:00 a.m. hasta las 6:00 p.m., se levantaba a las 4:00 a.m. para repasar y leer hasta las 6:00 a.m.
En estos momentos confiesa que está estresado porque les dejan muchas tareas y le está costando organizarse. «Estoy luchando, mi objetivo es aprobar todos los cursos para estar tranquilo y acostumbrarme a lo que es la UNI. Mi mayor deseo es estudiar en inglés. Eso será, poco a poco«, indicó.
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