En ese sentido, Alonso Santos, médico pediatra y vocero de la asociación Una Vida por Dakota, señaló que “La leche materna ofrece vitaminas, nutrientes e inmunidad esenciales para tu bebé, por lo que cada gota es valiosa“. Por ello, es importante conocer las técnicas adecuadas de almacenamiento para asegurar su integridad y evitar pérdidas innecesarias. El especialista brinda las siguientes recomendaciones:
¿Cómo extraer la leche materna?
– Extracción manual: Para extraer la leche materna de manera efectiva, comienza lavándote bien las manos. Luego, coloca una tela humedecida en agua tibia sobre tu seno durante 2 minutos para estimular la extracción. Para preparar tus senos, masajea suavemente con tus manos o una toalla suave, lo que puede ayudar a mejorar la eficiencia de la extracción.
– Extracción mediante sacaleches: Esta es la forma más rápida y conveniente de extraer la leche materna. Hay disponibles sacaleches manuales y eléctricos según tus necesidades. Aunque ver la cantidad de leche extraída puede ser inquietante, mantén la calma: puedes combinar varias tomas en un solo recipiente siempre que cada una no supere las 24 horas de almacenamiento.
¿Cómo conservar la leche materna?
– Para conservar la leche materna, se recomienda utilizar frascos de vidrio con tapas de plástico, que deben ser almacenados en la nevera o el congelador. También hay bolsas diseñadas específicamente para guardar la leche materna.
– Guarda la leche a una temperatura de 4 °C o menos, donde puede mantenerse en buen estado durante un máximo de 4 días. Si no se va a utilizar en este tiempo, congelarla en un congelador a -18 °C o menos. La leche puede conservarse en el congelador hasta 6 meses, aunque se recomienda utilizarla dentro de 3 a 4 meses para mantener la mejor calidad.
– Al descongelar la leche materna, hazlo en el refrigerador durante la noche o bajo agua tibia. Evita usar el microondas, ya que puede destruir nutrientes y crear zonas de calor. Una vez descongelada, utiliza la leche dentro de las 24 horas y no vuelvas a congelar.
¿Qué debes tener en cuenta?
– Los recién nacidos generalmente prefieren la leche templada, pero a medida que crecen, pueden aceptar la leche a temperatura ambiente o ligeramente fría.
– La leche materna en mal estado puede tener un olor ácido o a pescado, similar al de la leche de vaca que ha expirado. Si notas un olor desagradable, es probable que la leche esté en mal estado.
– Es normal que la leche almacenada se separe en capas. Solo necesitas agitarla para que se mezcle nuevamente. Si después de agitarla no se vuelve uniforme o presenta un olor desagradable, es mejor desecharla.
– Al concluir la extracción, se aconseja aplicar algunas gotas de leche materna alrededor de la areola y el pezón. La leche residual contiene sustancias que ayudan a mantener la elasticidad de la piel y grasas con propiedades bactericidas, que previenen infecciones, evitan grietas y favorecen la cicatrización.
La correcta conservación de la leche materna es esencial para asegurar que los bebés continúen recibiendo todos los beneficios nutricionales y protectores que ofrece la lactancia. Al seguir las recomendaciones adecuadas para almacenamiento y descongelación, las madres pueden asegurar que su leche materna siga siendo un recurso valioso para la salud de sus hijos, incluso cuando no puedan amamantar directamente.