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10:18 | Cusco, abr. 7.
Las agujas del reloj marcan las 08:00 horas y los pequeños ya están llegando a la cuna «Santa Rosa», en San Sebastián, Cusco. Ellos encuentran todo en orden, limpio y desinfectado, gracias al trabajo minucioso de Julia Mamani, de 30 años, el cual realiza con mucho amor. Y por la tarde esta joven madre labora repartiendo leche de vaca.
Durante el almuerzo de los niños, Julia va limpiando los restos de los alimentos, atenta a que todo esté impecable. De igual forma, cuando llega la hora del recreo, los juguetes se encuentran aseados, como la sala de descanso en donde duermen hasta que lleguen sus padres a las 15:00 horas.
«Diariamente hago la limpieza de toda esta cunita. Desinfecto los servicios higiénicos, la sala de los bebés, sus platos y cubiertos. Gracias a esta labor, los niños están saludables», comenta doña Julia, quien antes de trabajar en este Centro Infantil de Atención Integral (CIAI) del programa Cuna Más del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) se dedicaba a la venta ambulatoria.
Con la estabilidad que le brinda el trabajo en Cuna Más, la madre soltera pudo ahorrar de su estipendio mensual un capital que le permitió adquirir de manera diaria la leche fresca de vaca. La vende de casa en casa a sus clientas, desde las 16:00 hasta las 22:00 horas, que alegres la compran para el complemento de su cena.
«Gracias a mi emprendimiento de venta de leche de vaca he podido tener un ingreso extra que me permite el sustento de mis hijos», manifiesta la madre cusqueña que seguirá esforzándose para cumplir un propósito mayor: lograr que sus hijos sean profesionales.
Su hijo mayor de 15 años quiere convertirse en ingeniero y el de 11 desea ser militar. Por ello es constante en su empleo en Cuna Más y en su emprendimiento, de esta manera va ahorrando para la preparación académica de sus benjamines. Está segura que su sacrificio será recompensado con la felicidad de los suyos.
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