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19:00 | Lima, abr. 26.
A pocos días de celebrar el Día del Trabajo, el debate sobre las condiciones laborales en Perú se extiende más allá del salario o los beneficios formales. Hoy, los profesionales valoran cada vez más dónde y cómo trabajan, especialmente en un contexto donde el modelo híbrido se ha consolidado como la modalidad preferida. Ya no se trata solo de trabajar desde casa algunos días a la semana; se trata de cómo, dónde y en qué condiciones se trabaja cuando se está presencialmente.
Según el reciente informe «Michael Page Employer Branding 2025», el 48 % de los trabajadores peruanos cambiaría de empleo si encuentra una empresa con mejores políticas de flexibilidad, incluso por encima del salario, lo que refleja la creciente importancia de este aspecto como factor de fidelización. Entre los beneficios más valorados del trabajo remoto o híbrido, un 66% destaca evitar los traslados diarios, y un 50 % aprecia poder trabajar desde cualquier lugar.
«Hoy, las personas no solo evalúan su salario, sino también si el entorno en el que trabajan les permite sentirse productivos, valorados y equilibrados. El espacio de trabajo flexible —bien ubicado, funcional y adaptable— se ha vuelto parte del paquete de valor que una empresa ofrece», señala Álvaro Villar, Regional Head of Sales de WeWork América Latina.
El mismo estudio revela además que el 75 % de los trabajadores peruanos considera que el modelo híbrido es el esquema ideal. Más aún, un 41 % afirma que el deseo de mantener esta modalidad es una de las razones por las que permanecería en su empleo actual, mientras que el 35 % lo consideraría un factor para dejar una empresa que no lo permita.
Productividad
Esta mirada coincide con el análisis del Foro Económico Mundial y el Instituto McKinsey, que en su informe «Thriving Workplaces» concluyen que el bienestar laboral —incluyendo el diseño del espacio y la flexibilidad— es una de las inversiones más efectivas para mejorar la productividad y reducir la rotación. Las organizaciones que invierten en bienestar no solo reportan menos ausentismo, sino que también promueven una cultura más resiliente, saludable y comprometida.
Además, el estudio global advierte que los empleados son cada vez más críticos con los espacios físicos que les ofrecen las empresas. La experiencia presencial puede convertirse en una ventaja —o en una debilidad— de la marca empleadora, dependiendo de cuán bien responda a las necesidades reales de los equipos.
«Ya no basta con ofrecer una oficina bonita. Se necesita un espacio que ayude a las personas a sentirse bien, concentrarse, interactuar y tener opciones. Eso genera sentido de pertenencia y compromiso, que es lo que las empresas buscan hoy», añade el representante de WeWork América Latina.
A diferencia del modelo tradicional de oficina fija, los espacios flexibles permiten a las empresas ofrecer entornos más humanos y dinámicos sin asumir grandes compromisos inmobiliarios. Desde salas de reuniones funcionales hasta áreas de concentración o relajación, el diseño importa.
A medida que el modelo híbrido se afianza como preferido por los profesionales en Perú, el diseño y la funcionalidad del espacio laboral cobran un rol estratégico. Las decisiones vinculadas al entorno físico de trabajo están cada vez más relacionadas con la satisfacción, permanencia y desempeño del talento dentro de las organizaciones.
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